lunes, mayo 15, 2017

“Clips para 'Brilla o América', de John Kinsella”, de Ramón Oyarzún




 
O "cliks" para sus traductores, editores, lectores, fans, seguidores, interesados, críticos y detractores (del autor  mismo y de todos los anteriores). A propósito del libro de John Kinsella: América or Glow. (Traducción de Katherine M. Hedden y Víctor Rodríguez Núñez. Descontexto Editores. Santiago de Chile 2016, en adelante JK-AB). Esto que escribo es una devolución muy general respecto a un texto inconmensurable que podría decir sin duda: es imposible abarcar. Sin embargo, ¡Oh felicidad! Está ahí, es posible aproximarse a este y rumiar unas cuantas ideas.

* Impresiona saber que la poesía se hace entre y para los amigos. Cuando la poesía además nos hace amigos, tenemos una vinculación más allá del tiempo y el espacio, la reunión de dos mentes.

* Analizar cualquier traducción es un trabajo infame, proclive a la crítica; voy a anotar tres cosas que me gustaron del trabajo en general y una que yo habría hecho distinta por creer que así quedaría mejor. Esto mismo haré con la edición.

* Primero: el ritmo sostenido de la traducción es fluido y ameno.

* Segundo: las opciones fonéticas generales escogidas para la traslación del poema al español son acordes al inglés australiano del escritor, respetando su diferencia.

* Tercero: la adjetivación descriptiva tan propiamente arraigada a la cultura y el uso del inglés del país de los Estados Unidos se sostiene y llega a la traducción cuidada y comprensible con lo que ayuda en la comprensión del poema y la intención que quiso hacer la lectura traductológica.

* Yo habría investigado otras opciones para el uso de las partículas determinativas en la traducción, fijándome especialmente en las posibilidades hipotácticas del español como ventaja comparativa por sobre la hiperdeterminación obligatoria del inglés. Esto podría haber derivado en un interesante juego catróptico de adjetivos que sí se aprecia en el original de Kinsella, y habría evitado la inconsistencia manifiesta en la traducción en el uso (a veces sí, a veces no) de los determinantes.

* Respecto a la edición las tres cosas que más me gustaron son la bravura del índice, las portadas por su cuidado diseño y el espacio en la lectura atribuible a la elección de la fuente, separación entre caracteres y ubicación espacial en la página de los textos. Yo habría hecho una edición del poema como "libro objeto", tal vez en forma de papiro o metros  de poema, pero no es la característica del trabajo editorial de los DJ dscntxt.

* Dicho esto, podemos leer al poeta Autraliano John Kinsella: con más conocimiento del espacio paratextual que lo circunda: llegado a Chile de la mano de hispanohablantes transterrados en el mundo anglosajón, con una relación personal, además, el texto se nos muestra, o mejor digamos, fluctuant nec megitur, como encargo personalísimo: tradúzcanlo al español (JK-AB, Nota preliminar, pg. 9).

* Hacer una escritura de la propia lectura de una sociedad completa debe ser uno de los trabajos más ambiciosos posibles y, por supuesto, hoy solo parece posible desde la poesía. No comentaré más sobre esta misión del poeta. (JK-AB, pg. 55)

* Leer poesía amistosamente es la única posibilidad de subsistencia de esta. Sin embargo, no parece ser una práctica extendida entre los lectores profesionales. Al contrario, tenemos la crítica.

* Será acaso, pues, que la lectura de poesía (indeterminada, indeterminable, interminable) nos lanza a un espacio tan vasto y amplio que quedamos desnudos naufragando sin esperanza y no sabemos sino reaccionar intentando aferrarnos a algo conocido, reforzando nuestra individualidad y saber personal como el único válido. Aceptar el naufragio parece la única posibilidad de flotar algo, aunque sea a metros bajo el agua. (JK-AB, pg. 45)

* Traducir una poesía surgida desde la impresión cultural de un huésped sólo es posible siendo inconcebiblemente hospitalario con el lector y aceptando que los referentes culturales contenidos en los textos que lo alcancen bastarán para hacer su lectura una experiencia feliz.

* Debiéramos leer poesía siempre bilingüemente, además y sobre todo como práctica social: calles, parques, plazas, todos los espacios públicos repletos de grupos de lectores leyendo traducciones de traducciones y palimpsestos traductológicos con sus sonoridades líquidas tapizando ectoplásmicamente las murallas de sonidos y reverberaciones para atravesar las murallas de nuestras culturas hacia la esencia última de todo. (JK-AB, pg. 93)

* Comprender y aplicar un esquema personal a la lectura de cualquier poesía está sobrevalorado, sin embargo, es la única opción que tiene un lector: comparar, clasificar, definir y distinguir: esto me gustó, esto otro no me gustó: nada más torpe cuando se intenta leer una cultura: las cosas en la cultura están ahí evidentemente por que resultaron del gusto, uso o necesidad, en otras palabras, si resultaron o resultan proficuas para alguien.

* Penosamente, el escritor está en una situación análoga aparentemente previa: todavía no es autor público, pero su subjetividad edita la realidad intencionadamente: conocer la raíz de estas discriminaciones, o siquiera pretender que se puede ser neutral frente a ellas -porque no se tienen- es una confusión común que sabemos justificar pues todos somos ignorantes.

* En general hoy se conversa de dos posibles opciones de lectura de la poesía: desde las tradiciones aparentemente cada vez más convergentes del oriente y del occidente: un pensamiento analítico exterior y uno interior. El oriental Kinsella llega a América primero pero después extiende algo de su rabieta a la relación de América con el resto del mundo: ¿Acaso no lo hacemos todos? (JK-AB, Capo dot com. Pg. 115 a 146). ¿Acaso no hacerlo es posible, deseable, correcto, justo, beneficioso? Si esta, nuestra era de Lo and Behold, nos lo permite ¿podemos incluso en poesía ser el gritón de Red Social Virtual? No me canso de cansar con esto: qué vicio de ventanas más aburridamente dinámico. Cualquiera (no todos, pero cualquiera) cree que asomándose a internet abre su mente. Tal vez sea así en un sentido, pero muy mínimo.

* Se agradece a JK lo que presenta. Posiblemente no hay poetas en español que puedan hacer esto, demasiada pasión y demasiada rabieta contra ese que despectivamente llamamos los estados juntos, el país sin nombre, no-américa, y más cosas más pesadas.

* En América, Hollywood es siempre adorable. A pesar del vicio, a pesar del asco. En palabras del gran Billy Wilder: "los pesimistas acabaron en Hollywood, los optimistas en Auschwitz". Nada de "suerte" aquí.  

* Darle una vuelta a aquello que Brilla (que sabemos, en cierto sentido, es indestructiblemente verdadero) tiene que aproximarnos necesariamente a su tradición poética: el verso proyectivo imaginado en este poemario de JK dejaría a cualquiera sin aliento. Una lectura con ritmo (beat) aplastaría la confianza del lector, la academia tendrá algo incompleto que decir. Objetivistamente nos podríamos quedar con el título (que podría discutirse en la traducción por océanos de páginas, también). El punto de estos puntos es LA intensamente interesante e infinitamente legible experiencia legítima que sucede abriendo o asomándose a las páginas, versos, desgarros p(r)o(f)éticos del Brillo (poema). Este mandamiento de Kinsella, from down under







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